Investigadores de la Universidad de Florida encuentran los huesos más antiguos de una especie de perezoso terrestre. El animal, con más de 5 metros de altura, tendría un tamaño similar o sup...
Historia:
Los perezosos terrestres, unos animales que segun la ciencia ya no existen y que podrían haber sobrevivido hasta nuestros días en las profundidades de las selvas del Amazonas. De hecho, comparten muchos rasgos en común con el pavoroso Mapinguari. Efectivamente, gracias al trabajo incansable de los paleontólogos, sabemos que los perezosos terrestres tenían el pelo rojizo y que en algunas especies la piel era tan dura como un chaleco antibalas, pues estaba llena de pequeños huesecillos.
Un equipo de investigación de la Universidad de Florida (UF), ha descubierto los huesos de una nueva especie de perezoso terrestre, la más antigua de las conocidas hasta ahora en América del Norte.
Con un peso de más de cinco toneladas y capaz de alcanzar una altura de unos 17 pies (algo más de 5 metros), la criatura prehistórica, de unos 2,2 millones de años de antiguedad, tenía un tamaño mayor al de los actuales elefantes africanos, comenta en paleontólogo de la UF David Webb. Para Webb, "se trata de un animal colosal y asombroso, diferente a cualquiera existente y cuyo enorme tamaño nos recuerda al de los dinosaurios".
Eremotherium eomigrans, como ha sido nombrado en un reciente artículo de una revista científica, fue el primero de los perezosos gigantes, conocidos como megaterios (*), en emigrar desde América del Sur a través del puente terrestre de Panamá, comenta Webb. Antes de la Edad del Hielo, estos perezosos herbívoros deambulaban pesadamente por la península de Florida a modo de rebaños de elefantes, utilizando sus temibles garras para arrancar hojas de las ramas y usando también sus largas lenguas para ello.
(*) Los megaterios (orden Megatherium) constituyen un orden de mamíferos desdentados que tuvieron su periodo de máxima expansión en el pleistoceno. De alimentación hervíbora, sus restos fósiles se han encontrado en el continente americano. Se piensa que su extinción ha sido relativamente reciente, hace unos 10.000 años.
A diferencia de otras grandes especies de perezosos terrestres, la nueva tenía una garra extra, lo que representa una etapa de evolución sorprendentemente primitiva, comenta Webb. Mientras que el resto de los otros perezosos gigantes tenían cuatro dedos con tan solo dos o tres garras, estos tenían cinco dedos, cuatro de ellos dotados de largas garras, la mayor de las cuales mide casi un pie (30,48 cm) de largo.
"La existencia de tales perezosos podría esperarse en un periodo de tiempo mucho más antiguo y en América del Sur, no en Florida",comenta.
Este patrón evolutivo de reducción en el número de dedos y garras a lo largo del tiempo ha continuado hasta sus descendientes actuales, los perezosos de tres dedos, de un tamaño mucho menor y que viven en bosques tropicales de América Central y del Sur.
Los fósiles fueron hallados por un estudiante de geología, quien encontró los huesos en 1986, durante una excursión de campo a la cantera de piedra caliza de Haile, al oeste de Gainesville. A lo largo de los años se han encontrado una docena de individuos, algunos con esqueletos bastante completos, que han sido llevados al Museo de Historia Natural de Florida.
En 1989 Webb invitó a dos de los mayores especialistas internacionales sobre estos animales para que examinasen los huesos. Castor Cartelle, zoólogo de la Universidad de Belo Horizonte, en Brasil, y Gerardo De Luliis, zoólogo de la Universidad de Toronto, en Canadá, estudiaron los huesos durante una década antes de concluír que se trataba de un nuevo hallazgo. Sus conclusiones fueron publicadas en un artículo de 20 páginas del número de diciembre de la Revista de la Sociedad Linneana de Londres (Journal of the Linnean Society of London).
Los sedimentos fósiles tampoco eran los usuales, ya que se encontró en lo que un dia fue un estanque tranquilo. Esto permitió un excelente estado de conservación, comenta Webb. Muchas de las colecciones fósiles en Florida han sido encontradas en pequeños pozos negros o en depósitos aliviales, donde los huesos son removidos.
Según Webb, "encontrar cada hueso de una mano perfectamente articulado en un depósito aluvial es muy raro". "Debido a que los huesos son nomalmente dispersados, es probable que nunca pueda uno estar seguro sobre cuántas garras tenía el animal; nosotros hemos sido capaces de determinarlo con este perezoso terrestre".
Los huesos de uno de los individuos mayores y más completos se ensamblarán en el Hall de Exibiciones de Historia Natural de Livingston, Montana. Matt Smith, preparador profesional de fósiles, será el encargado de montarlos. Según comenta, los visitantes del cercano Parque Nacional Yellowstone podrán acercarse a ver su trabajo a través de una cristalera. El esqueleto será dispuesto en posición erguida, como si estuviera arrancando ramas de un árbol, y el producto terminado será devuelto al mueso de la UF al cabo de unos 18 meses, para su exhibición en el Powell Hall.
"Este animal es increíble", comenta Smith. "Para mi es tan interesante como los dinosaurios en los que he estado trabajando".
Los perezosos gigantes fascinaron también al presidente Thomas Jefferson, paleontólogo amateur quien llevó sus huesos a la Casa Blanca. "Mi historia favorita es aquella en la que aleccionó a Meriwether Lewis, de la expedición Lewis y Clark, a que echara un ojo a la búsqueda de perezosos de tierra", comenta Webb. "Tenía la esperanza de que encontraran alguno viviendo en las cordilleras del Oeste".
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