De los ejemplares estudiados, el mayor es una hembra (la única encontrada) de 8,4 mm. Los demás son machos de aproximadamente 7 mm. Todos han sido examinados por H.J. Walker, de Scripps, y William Watson, del Southwest Fisheries Science Center. Con tan escaso tamaño, 500.000 de estos peces colocados en una balanza apenas alcanzarían una libra de peso. Su especie ha sido bautizada como Schindleria brevipinguis. El primero fue capturado en 1979 por Jeff Leis, del Australian Museum. Después de años sin ser estudiado, Watson y Walker se dedicaron a analizarlo con detenimiento. Durante seis meses, estudiaron la criatura, pero pronto se dieron cuenta de que era especial. Un día, observándola bajo el microscopio, Walker concluyó que era una nueva especie. Pero aún entonces no apreció que estaba mirando al vertebrado más pequeño del mundo. Su aspecto es primitivo. Es transparente, sin pigmentación, excepto los ojos. No tiene dientes, escamas y otras características típicas de la mayoría de peces. Los científicos creen que todo ello está acorde con su extremadamente corta longevidad. No viven más de dos meses y por eso muchas de sus características, incluso en su época madura, se asemejan a las de la fase larvaria. En un año, estos peces pasan por varias generaciones, lo que sugiere que podrían evolucionar muy rápidamente. Viven en un hábitat especializado que podría estar amenazado por el calentamiento global o el desarrollo humano, pero poseen la habilidad de evolucionar lo bastante deprisa como para adaptarse al cambiante entorno. El descubrimiento nos recuerda que los científicos no poseen aún un inventario completo de los animales marinos, incluso para grupos tan bien estudiados como los peces. Muchas especies importantes podrían aún permanecer desconocidas para nosotros. Fuente: laFlecha.net